Mis primeros trabajos tuvieron mucho que ver con el mundo del café, el primero fue como camarero y el siguiente fue directamente en un tostadero. Es por eso que (creo que) algo sé acerca de este subsector de la hostelería. Así que me he atrevido a dedicar un post a la importancia y el buen hacer de un rico café, tanto en casa como detrás de la barra de un bar.
En casa:
Lo mejor es poder usar café en grano y molernos nosotros en casa. Pero como eso es bastante más que improbable, tendremos que conformarnos con lo que encontremos en el super. Entonces lo mejor será que utilicemos una cafetera de las que conocemos como "americana", es decir, la que tiene un filtro de papel o plástico con forma de cono. Usamos una cucharada de café por cada taza y conseguiremos un café claro y suave, sin crema y más bien aguado.
Si tenemos la posibilidad de conseguir el café en grano podremos hacer un buen café de puchero. En un mortero machacamos los granos y ponemos una cucharada sopera por taza y lo añadimos cuando el agua esté hirviendo. Colamos muy bien y obtendremos un café más oscuro y con más cuerpo, para mi gusto el mejor que podemos hacer en casa.
Cafeteras de bar:
Bien sea en casa o en la barra de un bar, si usamos una cafetera de presión molemos el café fino y usamos 7 gramos de café por taza. Obtendremos un café con una crema color avellana y con cuerpo, de manera que al echar una cucharada de azúcar esta aguantará unos segundos hasta que se hunda. Si esta crema no tiene el cuerpo deseado es porque el molido del café no ha sido el correcto, habremos molido el café más grueso de lo deseable. Y si el café presenta una crema de color negro o marrón muy oscuro será porque está demasiado fino y el café se ha sobreextraído, lo que a su vez será más amargo.
Espero que os haya gustado este artículo y os haya servido a poder disfrutar de ese café que resulta tan cotidiano y que a veces apreciamos tan poco.
En otro artículo escribiré acerca de las procedencias y orígenes del café.
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