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Primero fue la moda de los cupcakes, pequeños pasteles que se han convertido en todo un acontecimiento gracias principalmente a las ansias con las que se los comía la protagonista de una exitosa serie de televisión. Todo el mundo quería aprender a realizar estas pequeñas obras de arte que recuerdan algunas veces a tartas de boda. Incluso nuestra querida reina de estos bizcochitos, Alma de Objetivo Cupcake Perfecto, ha aparecido en distintos medios enseñando a realizarlos.
Los talleres de repostería creativa especializados en cupcakes se cuentan ya por miles, y parecía que nada podría desbancar de su trono a esta pequeña delicia. Hasta que llegaron los cronuts y volvieron a revolucionar de nuevo el mundo de la pastelería.
A caballo entre el francés croissant y el norteamericano donut, el cronut nació en una pastelería de Nueva York en la que su creador, Dominique Ansel, realiza cada día una edición limitada que se termina en pocos minutos ya que hay gente que hace cola desde bien temprano en al mañana para llevarse la pareja de pastelitos que se puede comprar por persona.
Todo el mundo está convencido de que la receta acabará por ser imitada, tal y como ya está ocurriendo en pastelerías de medio mundo, aunque su inventor haya patentado la receta y la guarde celosamente en una caja de seguridad. Lo que no sabemos es cuánto tardará esta pequeña y dulce delicia en ser apartada del primer puesto y sustituida por alguna otra novedad. Por el momento, Ansel sigue haciendo caja y su fama traspasa todas las fronteras. ¿Te atreves a ser quien revolucione el mundo de la gastronomía creativa? ¿Cuál es tu idea, si es que la quieres compartir?