En Extremadura hay un singular pastelito relleno de crema y tostado por encima que resulta delicioso. Aquí se le llama pastel de nata, aunque no lleva nata sino que es como se llama a la crema en portugués. Sin embargo, indagando un poco sobre el origen de este dulce tenemos que viajar a Lisboa donde apareció por primera vez y donde se encuentra la pastelería que la inventó y que da nombre a estos pasteles en la ciudad y en casi todo el país.
El origen de los pasteles de Belem
Al parecer, el origen de los pasteles de Belem es conventual, como muchos otros dulces típicos de la península ibérica. Las monjas del convento de los Jerónimos los preparaban hasta que este fue cerrado y el panadero vendió la receta a un empresario.
Empezaron a venderse en unas instalaciones bastante humildes hasta que se levantó la pastelería en la que se pueden consumir y comprar hoy todavía. Según algunas fuentes, la producción diaria puede llegar a 50 mil unidades en determinadas épocas del año.
Receta secreta y registrada
La receta de los pasteles de Belem la conocen únicamente 3 personas en el mundo. La pasta y la crema se preparan en una sala secreta y dura dos días. Tanto la receta como el nombre se encuentran bajo registro, por lo que no se pueden copiar.
Si estás preparando un viaje a Lisboa, no dejes de pasarte por la pastelería que dio a conocer este rico postre conventual. aunque si te pasas por Extremadura seguro que también puedes tomarte uno con un café. Aunque no sea exactamente la receta original, son un bocado delicioso.