En muchas culturas se lleva elaborando pan desde hace miles de años. Las culturas del Mediterráneo han basado siempre su alimentación en este tipo de producto de un modo u otro, sea en forma de tortas planas cocidas sobre piedras calientes o en pequeños hornos domésticos, de los cuales se han encontrado a cientos en todo tipo de excavaciones arqueológicas. Por eso es una lástima que un alimento tan esencial como ha sido para nosotros desde los albores de la historia a veces se de por sentado o incluso no se le de el valor que se merece.
Hay zonas del mundo en las que el pan es un artículo de lujo que no se puede permitir casi ninguna persona, mientras que en otros referirse al pan es sinónimo de hablar del alimento básico, del sustento diario.
El pan en la historia
En la antigüedad, las mujeres se levantaban temprano por las mañanas para moler el grano y conseguir la harina de cereales con la que se elaboraba este alimento, hasta el punto de que un molino de mano era uno de los enseres más habituales en las casas, incluso en las más humildes.
En el Egipto faraónico, el poderoso gobernante tenía a su servicio panaderos profesionales que elaboraban diversas clases de panes diferentes, y poco a poco hasta las personas menos favorecidas compraban el pan en lugar de hacerlo en casa, como lo demuestra el hecho de que en escritos antiguos se hable de la calle de los panaderos en muchas ciudades descubiertas.
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En determinadas ocasiones la falta de recursos ha vuelto a llevar a la gente a cocinar su pan, y a mediados del siglo pasado en los pueblos era habitual encontrar hornos comunitarios, que se encendían por la mañana y en el que los vecinos horneaban el pan, que a menudo se guardaba durante días para no tener que estar horneando a diario. En muchas ocasiones el pan constituía el fundamento alimenticio de un jornalero o algún otro tipo de trabajador, y era habitual llevar una hogaza de pan y una bota de vino para aguantar todo el día. Incluso hay un plato muy típico del campo, las migas, cuyo ingrediente principal es el pan que normalmente se aprovechaba cuando se empezaba a poner duro, al que se le añadían ajos dorados en aceite y se rehogaba, y quienes tenían algo de suerte incluso les incorporaban alguna carne, como tocino o chorizo. La verdad es que hay tantas recetas de migas como personas, de modo que es complicado saber cuál fue la receta original.
La receta
Volviendo de nuevo al pan, el ingrediente principal es la harina como ya hemos dicho antes, la cual se puede obtener de una gran cantidad de cereales como el trigo, la cebada o el centeno. El arroz y el maíz también se utilizan para preparar panes, aunque su uso no es tan general com el de los cereales mencionados anteriormente.
Existen muchas y muy diversas maneras de hacer el pan, desde las tortas de harina que se cuecen sobre piedras calentadas desde hace miles de años hasta las modernas recetas de panes fermentados y mucho más elaborados que se pueden encontrar en algunos mercados.
Sin embargo hay dos ingredientes indispensables y que no pueden faltar nunca en un pan: harina y agua. Luego pueden llevar o no aceite, mezclar con levadura y dejar fermentar, añadirle sal o incluso azúcar, así como hierbas aromáticas y otros muy/ochos ingredientes. Pero si es pan, siempre estará bueno como sea.
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