¿Qué os parece la imagen? ¿Sugerente, verdad? Esa fresa roja, esa crema de yogur en la que se está introduciendo... solo de pensarlo parece que a uno se le hace la boca agua.
Ahora bien, ¿y si os dijera que el yogur en el que se está mojando la fresa tiene más de tres meses? Tal vez ya no os parecería tan apetitoso.
Sin embargo, el yogur es uno de los alimentos que se pueden consumir incluso semanas después de que haya pasado la fecha de consumo preferente, que suele estar fijada en unas seis o siete semanas. Y no os penséis que me estoy volviendo loco ni nada parecido. Existen estudios que lo demuestran.
Hace algunas semanas que escribí un artículo hablando acerca de algunas ideas para evitar desperdiciar comida. Pues bien, hoy vamos a añadir otra cosa que podemos hacer, y es abandonar la idea de tirar un yogur porque se ha pasado la fecha de consumo preferente, mal llamada "fecha de caducidad".
Siempre que no se abra el yogur, y que este no contenga proteínas o almidones incorporados como aditivos, se puede consumir sin ningún problema pase el tiempo que pase. Esto se debe a que la acidez propia de los fermentos del yogur produce un efecto barrera que impide que los microorganismos nocivos e puedan desarrollar en su interior, lo que lo convierte en totalmente seguro para el consumo humano.
Eso sí, es esa acidez la que hace que las empresas pongan una fecha de consumo preferente, ya que su sabor deja de ser comercial. Pero si te gusta el sabor que tiene el yogur natural, con un toque algo más fuerte, un par de cucharadas de azúcar y podrás disfrutar de un yogur con fresas cuando quieras. Eso sí, siempre y cuando haya fresas, porque esas sí que caducan...
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